miércoles, 27 de mayo de 2020

El Fonca, el Foprocine y el Fidecine. Una batalla por la libertad creativa Carlos Lara G.

El Fonca, Foprocine y el Fidecine; una batalla por la libertad creativa


Carlos Lara G.


El poco o nulo entendimiento de la autodenominada Cuarta Transformación en materia de arte y cultura es alarmante. No solo por el estancamiento presupuestal (por cierto, la única curva que han podido aplanar), sino por el triste papel de la Secretaría de Cultura ante los caprichos presidenciales. Si a esto sumamos ocurrencias como el Centro Cultural Chapultepec en el centro del país, el invasivo Tren Maya en el sureste, la caprichosa compra de un estadio de béisbol en el norte y la escuálida visión agrícola de la propia Secretaria, el panorama de ese estornudo mental al que llamaron “El poder de la cultura”, queda en eso, en un estornudo.
La desaparición del Fonca, el absorbido Foprocine y el intento de desaparición del Fidecine han generado una suerte de hipoxia en el sector cultural que ya comienza a asfixiar la libertad creativa. No podría ser de otra manera, si consideramos que el presidente comulga con una economía moral, enemiga de la economía creativa; economía en la que México es líder continental. Entendible también desde la peregrina idea de los índices de felicidad y bienestar…El presidente es un digno profesor titular de la materia optativa de Economía Política del Rencor, como bien dice Enrique Serna. 
Está visto que el populismo es incapaz de producir algo, sé que es un pleonasmo esto que digo, ya quer el populismo es alérgico a la productividad; su talento está en la destrucción. No cabe duda, la Cuarta Transformación es una era geológica.
Hemos insistido desde hace año y medio en la necesidad de diseñar e implementar acciones transversales, una política cultural y programas con esta visión. De hecho, en el discurso, la transversalidad ha sido incorporada ya al algoritmo verbal cuatroteista en voz de la propia secretaria, pero en los hechos, la única acción transversal que han implementado, tanto ella como sus compañeros de gabinete, es la de aplaudir los caprichos presidenciales en Twitter.
La movilización generada por la pretendida desaparición del Fidecine fue posible, no solo por la participación de figuras relevantes de este sector, sino también porque en la apretada negociación y acercamiento con el Poder Legislativo se puso sobre la mesa lo que en realidad representaba: un ataque directo a la libertad creativa. Pero efectivamente, no nos engañemos, el amago al Fidecine y la absorción del Foprocine solo demuestra que en materia de cultura, la solución está en manos del problema.

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