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La cultura en la Tetracultura
Carlos Lara G.
José Manuel Hermosillo
El problema de
las autoridades culturales de la Tetracultura
no es la falta de carácter, decisión o tino, tampoco la falta de un proyecto
que sirva de base para articular una política cultural, mucho menos esa incapacidad
que confunde la descentralización con la ocupación de en edificio en Tlaxcala. No, el problema de
la Tetracultura es la confusión de lo
grandote con lo grandioso, diría Ibargüengoitia.
Grandota es la
idea del presidente de abrir Los Pinos a toda la gente, grandiosa la propuesta de dedicar
dicho espacio al arte y la cultura. Grandota es la pretendida ampliación del
proyecto Chapultepec a 800 hectáreas, grandioso sería hacer de este un verdadero
espacio artístico y cultural, con eso que tanto detestan, estudios y diagnósticos, dejando a un lado las
absurdas comparaciones con Central Park. Grandota es la idea es
la idea de redistribuir la riqueza cultural, grandioso sería apuntalar la descentralización presupuestal, de actividades, programas y políticas culturales en todo el
país.
La
descentralización cultural es algo tan sobado como el 1 % a la cultura que
escuchamos en todos los foros de consulta; quizá porque hemos dejado de leer y
escribir, para dedicarnos a cortar y pegar. En su momento, Sari Bermúdez,
decidió apostar todo su programa estrella de fomento a la lectura en la
millonaria Biblioteca Vasconcelos, en lugar de impulsar un programa nacional descentralizado, como se le sugería. Sergio Vela, decía que ya no era necesario
pagar más estudios para saber que era necesario descentralizar acciones, acto
seguido, no solo pagó a Solana y Asociados un estudio para ello, sino que liberó alrededor de seis millones de pesos etiquetados por la Cámara de Diputados para
hacer un Diagnóstico Nacional de Cultura, que terminó siendo un librote bien
grandote que nadie conoce. Consuelo Sáizar invirtió en la Segunda Encuesta
Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumos Culturales, que entre otras cosas
dejó clara la necesidad de descentralizar acciones; aunque también realizó el Centro Cultural Elena Garro ¿Dónde? En Coyoacán. Rafael Tovar estaba
convencido de la necesidad de descentralizar el trabajo de la ahora Secretaría,
pero al mismo tiempo autorizaba proyectos como el donativo de 100 millones de
pesos a la Academia Mexicana de la Lengua para comprar una sede ¿Dónde? En Coyoacán.
Hoy la
Tetracultura viene con el slogan de cambiar la cultura del poder por el
poder de la cultura, cuyo eje es la descentralización. En su florido lenguaje,
algo así como redistribuir las bondades de la riqueza cultural. Comienza ocupando un edificio
en Tlaxcala (Aunque sigue pagando más de 180 millones en rentas en el centro
del país), y remata anunciando la inversión del esfuerzo institucional, la atención
y un presupuesto que no se tiene, en el Proyecto Chapultepec ¿Dónde? ¡Exacto, adivinaron!
en el centro del país. Así, sin diagnóstico, sin estudios, sin el programa
nacional de cultura terminado, en medio de las consultas para la realización
del Plan Nacional de Desarrollo.
Si algo tiene la
Tetracultura son entusiastas agentes culturales. Artistas, curadores,
museógrafos, gestores y promotores culturales, en todas partes, no solo en La
Condesa, pero decidió juntar el hambre con las ganas de comer, recurriendo a un
artista, un gran artista contemporáneo, que vive del salario emocional del arte y la cultura, que se encuentra quizá aburrido o con ganas de hacerle
un poco al Frank Gehry. No lo sabemos. Nuestro reclamo a la Tetracultura sigue siendo,
luego de las invitaciones a Laura Esquivel, a Horacio Franco, a Luís Mandoki…
que deje a los creadores ser creadores.
Pareciera que la descentralización de acciones, esfuerzos,
atención, y sobre todo, presupuesto, es un elemento discursivo para agentes culturales en
tiempo de elecciones. Lo dicho, confunden lo grandote con lo grandioso, por
ello hay que aclararles que, ocupar un inmueble en Tlaxcala, no es ni el inicio de una descentralización cultural; es
parte de la cultura del poder, esa que pretenden cambiar por el
poder de la cultura...
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