Un Fondo Artesanal Caros Lara G. José Manuel Hermosillo y Juan Pablo Rojas
La carta enviada por la titular de la Secretaría de Cultura a Héctor Pardo, director de comunicación de la empresa Louis Vuitton en México, Centroamérica y el Caribe, en la que pregunta si para la elaboración de la silla Dolls by Raw Edges de su colección, contaron con la participación de la comunidad de Tenango de Doria, podría generar un breve diálogo epistolar más o menos así:
Apreciable secretaria, pues no, no contamos con la participación de ningún artesano de la comunidad que señala. El diseño fue una iniciativa propuesta por nuestro diseñador, queríamos hacer un homenaje a México y encontramos nos pareció muy apropiada su propuesta. La secretaria podría decirle entonces que su homenaje pasa por alto lo establecido en la Ley Federal del Derecho de Autor, que obliga a dar crédito a la comunidad, etnia o región a la que pertenecen estos diseños. A lo que el señor Héctor Pardo diría: entiendo secretaria, pediré que pongan entonces una etiqueta en cada silla que diga: “Diseño correspondiente a los Tenangos de Doria del estado de Hidalgo, México”. Fin del diálogo epistolar.
Ya hemos dicho que el problema es nuestro, debido a que nuestra legislación no prevé ni prohibición ni sanción ni remuneración; que nuestro Código Penal no alcanza a configurar un delito cuando estos casos se dan fuera del país; que en necesario un nuevo marco jurídico en la materia, pero no como lo están haciendo os senadores, sin considerar a las comunidades originarias, sin consultas y con el método de ocurrencias sucesivas. Debemos ser conscientes de que la burbuja que estamos viviendo del Arte Popular Mexicano, es eso, una burbuja; que reventará en su momento. El problema es que los legisladores y autoridades culturales de país no lo ven así, y pretenden legislar de forma estructural una coyuntura. No tenemos en México un mecanismo mediante el cual se pueda cobrar esa suerte de regalías de las que todos hablan y hasta exigen para las comunidades originarias, ya por la dificultad para precisar la titularidad de los derechos sobre los diseños en disputa, ya por la delimitación territorial de las comunidades, etnias y regiones, o bien, por lo difícil que resultaría poder contar con un mecanismo mediante el cual podamos consensuar con cada comunidad un programa o política encaminada a desarrolla un comercio justo dentro del Arte Popular Mexicano.
Por ello proponemos que, de la mano de una reforma integral al capítulo de “Culturas Populares”, de la Ley Federal de Derechos de Autor, se conforme un Fondo Artesanal que reciba y administre los recursos que por el aprovechamiento de los diseños se generen. Lo anterior con la participación del área de Culturas Populares, Fonart y el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas.
Algo similar al Fondo Arqueológico creado hace poco más de 10 años, que tenía como propósito ir adquiriendo las propiedades cercanas a los sitios prehispánicos, para incorporarlas a la administración del Estado.
La otra propuesta que queremos hacer a la secretaria de cultura es llevar los casos Carolina Herrera y Louis Vuitton a la recientemente creada Corte Iberoamericana de Arbitraje y Mediación en Industrias Culturales, con sede en Colombia, para que designe a un par de mediadores que se de a la tarea de arbitrar y llegar a una solución. El tono y ánimo que manifiesta la secretaria de cultura en la carta enviada al representante de Louis Vuitton, al reconocer que México no está cerrado al diálogo con el mundo y quiere ampliar el intercambio y colaboración con las firmas que más han contribuido a la valoración de la artesanía como objeto de alto valor artístico y comercial, es también el espíritu de esta Corte. Se trata de llegar a un punto de acuerdo entre la empresa, el gobierno y las comunidades, a partir de la mediación y el arbitraje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario