Al presentar el libro Cultura y transición 1988-2012, Eduardo
Cruz y Carlos Lara, coincidieron en que el desarrollo de nuestras políticas
culturales ha sido un proceso complejo que ha trascendido a las instituciones,
incorporando a la ciudadanía, la actividad económica y otros sectores sociales.
La presentación se
realizó en el auditorio de la Bolsa Mexicana de Valores, en donde los autores
dieron cuenta de los diversos caminos por los que ha transitado la cultura en
nuestro país a través de las décadas y los sexenios.
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Auditorio de la Bolsa Mexicana de Valores |
Carlos Lara
González dijo que hoy se está viviendo la difusión de la cultura ante
audiencias que ya no son pasivas y que a través de la tecnología crean un
intercambio de opiniones.
"Entre los
grandes retos que están en el tintero está el diseñar políticas culturales no
solo para ciudadanos, sino para usuarios que pagan boleto y para los llamados
‘prosumidores’, cada uno, un sector que demanda una visión distinta".
Afirmó que antaño
se cifraban las políticas públicas en materia de cultura en torno a lo que
opinaban los intelectuales, mientras que hoy la realidad muestra que deben
incluirse a todos los sectores. "Creo que este libro cumple su objetivo de
mostrar un panorama y aportar un punto de vista para el entendimiento de
nuestro desarrollo cultural".
Por su parte,
Eduardo Cruz Vázquez apuntó que para conformar este volumen se enfrentaron a
muchos temas que se acumularon a lo largo de 24 años de políticas públicas.
"Ya no estamos
en el mismo México de 1988, han cambiado muchas cosas, por ello nuestro equipo
de trabajo unió la experiencia, la especialización y la juventud con el acento
periodístico, abarcando el tema de los intelectuales con el poder, la relación
de los presidentes con la cultura, la historia del poder legislativo y la
cultura, la reconstrucción de los derechos de los trabajadores del subsector
cultura, entre otros".
Por su parte,
Cecilia Genel, experta en museística, comentó que en este volumen los autores
muestran un panorama amplio a través de testimonios de personalidades inmersas
en la administración pública, hablando de iniciativas como la vinculación con
los distintos órdenes de gobierno, la aplicación de nuevas tecnologías y el
desarrollo de proyectos que fortalecen las industrias culturales.
"Aún hay retos
que desarrollar y mejorar, como los servicios públicos nacionales, el dictamen
de estándares y lineamientos en torno a estos conceptos, un programa de
accesibilidad universal para recintos como la red de museos, además de
programas nacionales enfocados al registro, catalogación, divulgación y uso a
distancia de los servicios culturales".
Agregó que la
publicación muestra la necesidad de surcar territorios de política cultural
moderna, “confrontando las tradicionales asignaturas con las que demandan la
economía y la tecnología, además de entender que las políticas culturales son
entes en constante transformación".
A su vez, Eduardo
Caccia, especialista en mercadotecnia y consumo, resaltó que es necesario
tender puentes entre las ciencias económicas y las humanidades, comenzando por
las universidades.
"Una de las
grandes cualidades de este libro es la dimensión integral que nos aporta de la
cultura de nuestro país, mostrándonos una visión tanto microscópica como
telescópica".
Mencionó que los
puntos de convergencia entre la sustentabilidad económica y las industrias
culturales cada vez son más evidentes, siendo las únicas entidades que pueden
vender y negociar con significados.
"En el mundo
de la cultura y de los empresarios culturales hay una enorme posibilidad de
desarrollo y si algo nos aporta este libro es la certeza es que ambos mundos
están vinculados cada vez con más fuerza".
El especialista
Roberto Gavaldón afirmó que en este libro se muestra que la cultura no debe ser
sacralizada y que es una obligación hacerla accesible a todo mundo. "Pero
ante todo, las opiniones contenidas en este volumen nos muestran que la cultura
no debe ser nunca disociada de la educación".
El editor Luis
Miguel González afirmó que los hechos de mayor impacto de los últimos años han
sido en materia de cultura, mencionando el boom del colectivo Nortec en
Tijuana, los novelistas que hablan de la realidad del narcotráfico o los
artistas de vanguardia que están creando nuevas búsquedas con la tecnología.
"Es importante
redescubrir que entre política pública y mercado hay una relación mucho más
profunda de la que pensamos, el gran reto es que el acceso a ciertos bienes
culturales no desdeñen también los mecanismos de mercado", concluyó.
Cultura y
Transición 1988-2012 es una coedición de la Universidad Autónoma de Nuevo León y el Instituto
de Cultura de Morelos, hoy Secretaría de Cultura. Figuran como coautores Xavier
Rodríguez Ledesma, Andrés Ordorica Espinosa, César Villanueva, Luz Jaimes,
Karla Quiroz Díaz y Judith Amador Tello.
Comunicado CONACULTA No. 2683
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