sábado, 5 de noviembre de 2011

Una vez más Estados Unidos condiciona a la UNESCO


Una vez más Estados Unidos condiciona a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), al igual que en 2003, cuando el pleno del organismo comenzaba a trabajar el Convenio para la Protección de la Diversidad Cultural, instrumento jurídico internacional que protegería las expresiones y manifestaciones de la diversidad cultural del mundo. Fue el primer intento por establecer los objetivos, retos y orientaciones del Convenio para la Convención Internacional para la Protección de la Diversidad de los Contenidos Culturales y las Expresiones Artísticas, aprobado en octubre de 2005. Fue también el motivo por el cual Estados Unidos consideró regresar a la UNESCO, tras 20 años de ausencia. Lo hizo con una “contribución” de 15 millones de dólares para el presupuesto 2003 del organismo, y 134 millones más para su presupuesto 2004-2005. El mencionado proyecto de Convención apoyado por los países del Sur y de las naciones del antiguo bloque socialista, tenía entre sus objetivos la instauración de una regulación internacional para la protección de las diferentes culturas del liberalismo mercantil. Y si hay algo molesto para Estados Unidos son las restricciones arancelarias en el sendero de su expansión. La entonces Primera Dama estadounidense, Laura Bush, dejaba claro que uno de los motivos del regreso de su país a la UNESCO, era el de aprovechar esa integración y la de cualquier otro foro para luchar contra el terrorismo (sic). El presidente de Naciones Unidas no se quiso quedar atrás y señaló que con el regreso de Estados Unidos al Organismo, éste recuperaba su internacionalidad (resic).
La semana pasada la UNESCO vivió un episodio similar al aceptar el ingreso de Palestina con 107 votos a favor, 14 en contra y 52 abstenciones. Esta vez Estados Unidos busca poner en aprietos al organismo, condicionando la entrega de un financiamiento anual de casi 80 millones de dólares. Y es que el Gobierno estadounidense tiene una ley según la cual los fondos que suele otorgar a través de sus agencias, pueden ser negados a cualquier organización que dé trato de Estado miembro a la Organización de la Liberación Palestina. La secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton, había calificado de "inexplicable" cualquier deliberación sobre los palestinos en la UNESCO; debido a que la política de su país sostiene que las deliberaciones sobre el ingreso de los palestinos en organizaciones internacionales no pueden reemplazar las negociaciones con Israel como una vía rápida para lograr la independencia palestina.Lo que el gobierno estadounidense no tiene tan claro es que, en el caso de UNESCO, es que votaciones como la de la semana pasada, que permiten el ingreso de más países al organismo, son las que hacen de la UNESCO la conciencia de la comunidad internacional. La política amenazante del gobierno estadounidense hacia las instituciones internacionales podría llevar a dicho país a experimentar una disminución de su influencia geopolítica y geocultura en el contexto de la globalización, un proceso de integración cuya ideología es precisamente la diversidad cultural.
La mencionada votación es aventurada si se quiere, por no estar aún definidas las fronteras de un posible Estado palestino, y tener pendientes temas de seguridad, pero sólo a condición de aceptar que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura se ocupa precisamente de la educación, la ciencia y la cultura, y no de la ciencia ficción y los problemas de carácter políticos de sus integrantes.
La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, muestra ya su preocupación por la estabilidad financiera de la organización, sin embargo en lo personal considero que el organismo debe mostrar dignidad y reafirmar los principios sobre los cuales está cimentada su vocación y su prestigio internacional.

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