jueves, 23 de diciembre de 2010

Documentando el pesimismo

El año que afortunadamente termina ha sido sin duda el más catastrófico para el Presidente Calderón. Año marcado por la impunidad del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, y ahora sus nexos con los Zetas; por robos millonarios como el efectuado entre ex trabajadores de Ferrocarriles Nacionales que vendieron como chatarra kilómetros de vías férreas (Acero de muy alta calidad), o bien, por fraudes millonarios como el consumado entre funcionarios del INFONAVIT, que autorizaron préstamos mayores a los establecidos por ley.
Un año marcado por las muertes. Las más de 30 mil que suman su guerra contra la delincuencia organizada; las casi 30 por las explosiones en Texmelucan a causa de la corrupción que no ha podido frenar al interior de PEMEX. Las más de 20 provocadas por dos accidentes seguidos en la carretera México Puebla, a partir de los cuales ha tomado la decisión de hacer lo que debió hacer antes de los accidentes: reducir el número de camiones de carga por esa carretera en esta época del año y evitar su circulación de día. Un año que no olvida la impúdica tragedia de los casi cincuenta niños muertos a causa de la negligencia en la Guardería ABC, aceitada por la corrupción de las guarderías del Instituto Mexicano del Seguro Social. Un año aleccionador por hazañas como la de Don Alejo Garza Tamez, el mexicano que hizo frente al grupo de maleantes que quiso despojarlo de su rancho en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Que no se rindió y ante la inanición de las autoridades y alimentado por la impotencia, aceitó pistolas y los recibió a tiros. Mató a cuatro e hirió a dos antes de ser ejecutado. Y qué decir del desalentador caso de la señora Maricela. No tengo palabras, ni ánimo para seguir documentando el pesimismo entre los lectores. Sólo diré que me parece poco serio que el Presidente de la República, además de que los ciudadanos comienzan a hacer su trabajo, le dé por repartir medallas, como hizo con Isabel Miranda, cuya labor, dijo, es una inspiración diaria para transformar al país. El problema es que millones de mexicanos creen que lo hecho por Don Alejo es también inspirador. Pareciera que todo inspira menos las acciones del gobierno. Ahora bien, me pregunto qué hubiera pasado en realidad si el gobierno no se propone hacer frente a la corrupción, a la impunidad y a la delincuencia como dice lo está haciendo. No lo sé. Sé que necesita demostrar que sus acciones son verdaderas, no dejando ningún caso impune, por ejemplo.
Pobre del Presidente, si es que encima son sus allegados los que están entregando las peores cuentas del sexenio. A propósito, alguien sabe en qué quedo la estruendosa frase del empresario Alejandro Martí ¿Si no pueden renuncien?

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