sábado, 8 de diciembre de 2007

Jalisco 2030, la cultura a mediano plazo

El pasado lunes el Gobernador del Estado presentó el Plan Estatal de Desarrollo 2030. En el apartado cultural el documento señala que por diversos motivos culturales Jalisco ha cobrado notoriedad en el centro Occidente del país y reconocimiento internacional. El Plan nos dice lo que ya sabemos, que Guadalajara tiene muchos teatros, foros, galerías, auditorios, museos, centros de arte, escuelas, centros culturales y bibliotecas, que ofrecen una servicio variado e interesante. Lo que ha generado, según el documento una incipiente economía cultural a través de instituciones públicas, privadas e independientes entre las que se encuentran principalmente la Universidad de Guadalajara, el gobierno, agrupaciones y empresarios independientes. Existe un 44.19% de jaliscienses que consideran positiva la promoción de la cultura en su localidad, según la empresa encuestadora Muévete Mercadotecnia Activa, cuya página web se encuentra inactiva por remodelación. El PED 2030 no define lo que se entenderá por cultura, el hecho es importante en tanto que la cultura jalisciense es determinante en la definición de la cultura nacional. Podríamos decir que cultura es aquello que nos distingue. Las formas de ser y hacer de los jaliscienses que nos diferencian de los guanajuatenses, veracruzanos, de los habitantes del Distrito federal. Esto es, el color de Jalisco en México y el mundo a partir del cual establecemos un diálogo con otras culturas. Considero que lo relvante no es ser el segundo estado con más festivales reconocidos después del DF, sino en la tendencia descentralizadora, que Jalisco registra, pero no sólo a los municipios, sino también a los estados vecinos. Se trata de pensar como una región estratégica el estado y no como una plaza para la organización de eventos culturales. Concebir la cultura como factor de desarrollo implica anclar en ella áreas como el turismo, así lo dijo en campaña y desde Jalisco el ahora presidente Felipe Calderón, afirmando que el estado sería estratégico para el turismo cultural en la región centro Occidente, rubro que no es considerado por el Plan. Por otra parte, reconoce la labor cultural realizada por la Universidad de Guadalajara, sin embargo no prevé los elementos para construir una sinergia cultural. En el apartado de Difusión Cultural reconoce la falta de impulso a las actividades artísticas. Señala que no se cuenta con un padrón real de artistas por municipio y establece como reto cumplir el capítulo II de la Ley de Fomento a la Cultura, relacionado al Registro Estatal de Creadores, promotores culturales y cultura popular. Más allá de preguntarse si lo anterior tiene sentido hoy que  artistas y promotores se organizan por sus propios medios.
En términos generales pareciera que de acuerdo al PED, en el rubro de cultura todo está por hacerse. Que Jalisco no tiene historia ni cultura que lo definia. Uno de sus principales retos es “clasificar a cada uno de los municipios de acuerdo con su infraestructura instalada, a sus demandas ciudadanas y realizar acciones en proporción a su número de habitantes; así como conforme al tamaño de su población; identificar a las ciudades medias…” Otro de sus retos es “crear espacios adecuados que permitan que la población de Jalisco reafirme su tradición como público ávido de espectáculos culturales de calidad internacional”. Bajo esa lógica, el concierto de Björk en las cercanías del basurero de Matatlán sería un hito fundacional de la cultura jalisciense.