domingo, 29 de septiembre de 2013

La provocadora belleza del estrabismo

Los medios del mundo de la moda han dado a conocer un caso poco habitual en su ámbito. Se trata de una guapa modelo británica de nombre Moffy que de unos meses a la fecha ha logrado una importante notoriedad en este circuito por padecer estrabismo (desviación del alineamiento de un ojo en relación al otro, que impide fijar la mirada de ambos ojos al mismo punto del espacio). Este padecimiento la ha convertido en una modelo atractiva para algunos especialistas de este mercado. La revista The Pop ha dicho que puede que sea bizca, pero tiene la palabra estrella escrita en todo su ser. De esta manera, la ahora modelo británica y los provocadores medios del mundo de la moda, se ufanan de romper una vez más los estereotipos de la belleza haciendo del estrabismo un signo de distinción.
El fotógrafo Tyrone Leblon, considerado uno de los máximos defensores de las denominadas “bellezas diferentes” ha anunciado la firma de Moffy con Strom, la agencia que descubrió a Kate Moss, misma que prepara su lanzamiento internacional.
La nota es sin duda polémica, no sólo por la forma en que las agencias del mundo del modelaje buscan provocar a partir de una especie de principio, algo así como “La belleza ya no es lo que era”. El público tampoco y ellos lo saben. Su desconcierto es tal que ya no distingue lo bello de lo feo en las manifestaciones artísticas, debido a que éstas se han dedicado a promover lo simplemente diferente.
No quisiera referirme a una definición de belleza platoniana de carga estética, ni tampoco poética en términos aristotélicos con esa referencia al orden, a la magnitud y a la armonía como requisitos esenciales, pero sí considero que la belleza femenina ha sido uno de los temas más remotos y constantes en la tradición Occidental desde Homero y que Umberto Eco ha dedicado importantes estudios al respecto que podrían ayudarnos a entender estos fenómenos. Desde la perspectiva de una industria que fomenta el consumo, podemos ver cómo la moda ha marcado ciertos cánones a lo largo de la historia, lo mismo que el cine y la televisión siguiendo los ideales de belleza del mundo del consumo comercial, ése contra el que luchó y perdió el arte de las vanguardias. La moda marcó tendencia con trajes femeninos y suntuosos a lo Roberta, y al mismo tiempo modelos andróginos a lo Coco Chanel. El cine propuso modelos como ese de mujer fatal encarnado por Greta Garbo o Rita Hayworth.
En su historia de la fealdad, Eco sostiene a través de innumerables autores, citas, textos históricos, poemas, novelas y ensayos que la fealdad y la belleza deben ser entendidas según el momento histórico y los cánones estéticos dominantes. En efecto, los gustos evolucionan, y en esa evolución hay propuestas que adolecen y otras que potencian ese gusto por lo inquietante. En lo personal considero que la provocación que buscan hacer con Moffy es equiparable a la presentación en su momento de Donyale Luna y Naomi Campbell en la portada de Vogue París. Digo equiparable porque fue generada; Yves Saint Laurent había amenazado con retirar su publicidad de la revista porque ésta se había negado a poner a Campbell, su amiga y mentora, en la portada.

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