Más allá de las diferencias e
incluso de las afortunadas coincidencias que puedan tener los contendientes (el
PAN, la coalición PRI-PVEM y unión de las izquierdas), para el analista
cultural hay un logro notable que no puede sino ser benéfico para el país: los
tres consideran a la cultura un “tema de Estado”, digno de una política de
Estado. Ya sobre los detalles de cómo sería esa política hay muchas
diferencias.
Carlos Lara, integrante del
Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura, hace una valoración en la que toma
en cuenta “precisión, diversidad de propuestas y temas abarcados, innovación,
estructuración y propuesta estratégica”, y en ella la propuesta del PRI lleva
ventaja. Pero eso no implica que las demás no deban destacarse.
A nosotros el tema nos parece
muy importante, pero ¿qué importancia puede tener para la población en
general?
Creo que la importancia se
hace notar en las coincidencias que tienen las propuestas: Todos consideran una
necesidad introducir elementos de cultura y arte en la educación básica, que la
sensibilización llegue a edad temprana.
Es importante también el impulso del turismo cultural, que genera
empleos y puede detonar polos de desarrollo en regiones donde, previo estudio,
se pueden conjuntar los elementos para generar industrias culturales. En esto
están de acuerdo el PRI y PAN; el PRD, por cuestiones ideológicas, se maneja
más en el tema de la protección del patrimonio.
Hay otros aspectos que todos
están de acuerdo, que es en la difusión pero de manera estratégica y en la
descentralización de la gestión cultural, y no sólo de autoridades culturales,
sino para que participe la población en general.
En México podemos hablar de
muchas culturas, ¿encuentran estas culturas representación en las
propuestas?
Sí, bajo el rubro de
diversidad cultural. En el caso del PAN está muy constreñida su ideología al
respecto, se centra en la familia, con una connotación muy conservadora. Tiene
un renglón nomás en el que propone que esas culturas deberían formar pymes
culturales.
En el caso del PRI, son la
pluriculturalidad y el nacionalismo revolucionario puestos un poquito al día.
El PRD va desde las sociedades
de convivencia hasta el tema de los pueblos originarios.
Pero hay aristas, como el tema
de los usos y costumbres. Andrés Manuel, aunque le tocaría al Legislativo, dice
que hay que ratificar los acuerdos de San Andrés. En torno del tema hay un
pacto internacional de los derechos económicos, sociales y culturales que dice
que sí a los usos y costumbres pero que no vayan en contra de la dignidad de
las personas, ése es un gran avance que aquí ha pasado de noche. Creo que el
PRD no es claro en ese sentido, su visión tiene términos electorales.
Creo que los 11 millones de
indígenas que hay en el país deben verse reflejados en un programa nacional de
cultura. No para diferenciarlos, sino incluirlos en el desarrollo nacional.
Qué tan confiado estás en que
el tema cultural sea realmente relevante para los candidatos.
Mucho. Por dos cosas. Una, por
las coincidencias que ya te mencioné. Dos, porque en estos dos gobiernos de
alternancia, que no de transición, ha habido avances.
Haber reformado, después de
años, los artículos 4 y 73, que permiten legislar en materia cultural, es
fundamental y se logró por un esfuerzo compartido.
Haber obtenido el presupuesto
histórico para la cultura en el 2010 y el 2011 es también resultado de un
esfuerzo compartido.
Tener, por impulso de
Conaculta, indicadores económicos de cultura, el Atlas, la encuesta nacional deconsumo, la de lectura, la ley de monumentos,
aunque unos sean esfuerzos menores y otros tengan o no fallas, se hicieron y
nos permiten ser más estratégicos en el tema. Y la Suprema Corte se ha metido a
temas culturales, en los casos de Remedios Varo, de María Izquierdo, del peso
en taquilla, la constitucionalidad del precio único en los libros.
El PRI había dejado una
herencia de un presidencialismo cultural. Ahora, con la inclusión de los tres
poderes tenemos la posibilidad de transitar a un republicanismo
cultural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario