miércoles, 26 de octubre de 2011

La gestión cultural de Manuel Gómez Morin

El presente texto es parte de un capítulo del más reciente libro de Carlos Lara G., titulado Manuel Gómez Morin, un gestor cultural en la etapa constructiva de la Revolución Mexicana, publicado por Miguel Ángel Porrúa, el Senado de la República, la Cámara de Diputados y la Fundación Rafael Preciado. Será presentado en la Feria Internacional del Libro de Guadaljara el 27 de noviembre de 2011 a las 20:00 en el salón Juan José Arriola.
La Revolución Mexicana fue un movimiento democrático de características nacionales que generó un gran avance sociocultural en la conformación del sentimiento nacional. Las manifestaciones culturales del país lograron, entre otras cosas, reducir la fuerte presencia de la cultura francesa impulsada por el General Díaz y al mismo tiempo redescubrir una nación diferente, una nación de rasgos nacionales . En el terreno de la cultura la década de los años veinte vivió el impulso de una especie de realismo estético que más adelante dio cuerpo a una expresión política en la estructura de la izquierda comunista, cuyos ejes serían el desarrollo del arte y la cultura del país. Así lo señala el escritor René Avilés Fabila, quien atinadamente sostiene que si bien la cultura no es desde luego propiedad de la izquierda, han sido artistas e intelectuales comunistas o progresistas quienes mayor respeto y difusión le han dado . Ahora bien, aunque el trabajo de Fabila está desarrollado desde un visión de la izquierda mexicana, sería injusto dejar de lado en su recuento antecedentes tan valiosos de trabajo reflexivo como el de Los Siete Sabios de México y la Sociedad de Conferencias y Conciertos, grupos a los que perteneció Gómez Morín, y que al igual que las aportaciones de la izquierda comunista en el desarrollo de la cultura nacional, proporcionaron elementos sobresalientes, no sólo para el desarrollo de la cultura mexicana, sino para la nación entera. Y digo injusto porque el mismo Avilés Fabila se refiere al grupo de los Siete Sabios para hacer un señalamiento impreciso. Afirma que “Cuando el PAN es fundado como una reacción a los mayores avances del general Cárdenas (algo muy discutible), no establece un sólo punto de corte cultural, pese a que entre sus fundadores está uno de los llamados siete sabios, Gómez Morín, un destacado (uso la terminología de Enrique Krauze caudillo cultural)” (…) “No deja de ser extraño que de esa generación sea el marxista Vicente Lombardo Toledano, pese a sus errores, quien haya dejado acabadas creaciones culturales como la Universidad Obrera, mientras que a Gómez Morín sólo se le recuerda por la fundación del PAN (…) ”. Se equivoca porque a Gómez Morín se le recuerda por más obras que la fundación del PAN, y en relación al tema cultura lo que sucede es que ha sido poco explorado.

Comencemos considerando lo siguiente. Tanto la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios fundada en 1933 , como la Asociación de Trabajadores del Arte y la Federación de Escritores y Artistas, o bien la Universidad Obrera de Lombardo Toledano a la que hace referencia Avilés Fabila , el mismo movimiento vasconcelista, del cual Gómez Morín es tesorero , y otros tantos movimientos, desaparecieron luego de algunos años. Lo anterior en parte por estar anclados en una visión coyuntural. Ninguno, excepto la Universidad Obrera logró trascender más allá de una década. Carecían tanto de la visión estructural como del método de gestión desarrollado por Gómez Morín.

Los proyectos que fundó y aquellos en los que colaboró con su método de gestión subsidiaria, ocho particularmente en la actualidad siguen vigentes: la Escuela Bancaria y Comercial creada por él, la primera universidad privada de México y posiblemente la primera institución del país; la autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Tecnológico de Monterrey , el propio Banco de México , el Instituto Mexicano del Seguro Social ; el Partido Acción Nacional y la Orquesta Sinfónica de México. La UNAM es hoy la universidad más importante del continente y una de las mejores a nivel internacional . El Banco de México sigue siendo una de las instituciones fundamentales del Estado; el Partido Acción Nacional es el partido que dirige los destinos del país y la Orquesta Sinfónica de México, la primera organización musical de México, acaba de regresar triunfante de su gira por Europa . Todas, a excepción del PAN, son instituciones fundamentales del Estado Mexicano .

La cultura no es un tema desarrollado en el PAN. Esto le ha valido diversas críticas a lo largo de los años por ser, en efecto, un partido fundado por notables intelectuales asiduos a la lectura y a la reflexión. Por el archivo Manuel Gómez Morín sabemos que Don Manuel no sólo sostuvo interesantes intercambios epistolares con personajes como Efraín González Luna y José Vasconcelos, tuvo otros menos extensos con Gabriela Mistral, David Alfaro Siqueiros, Marte R. Gómez y Valentín Garfias. El que sostiene con Efraín González Luna, además de constante con sus más de veinte cartas por mes, es de gran importancia por la cosmovisión que refleja de ambos, los libros sugeridos y el pensamiento de la época. Con Víctor González Luna mantiene una comunicación epistolar con el noble propósito de llevar a la Orquesta Sinfónica de México, de la cual Don Manuel era consejero y miembro del comité de patrocinios, a la ciudad de Guadalajara. Lo anterior en el marco de la reinauguración del Teatro Degollado de esa ciudad proyectada para el mes de julio de 1941. Pero no sólo para Guadalajara sino para diversas ciudades del país, iniciando con esto las giras de la Orquesta Sinfónica de México. Utiliza para ello la estructura del naciente Partido Acción Nacional, poniendo en ambos proyectos su método de gestión: con un espíritu descentralizador y subsidiario conformó una red de apoyos locales para impulsar el desarrollo de la primera organización musical del país y el primer intento organizado de acción política en México.

Una de las primeras cartas de la Orquesta Sinfónica de México hacia Gómez Morín fechada el 17 de junio de 1937, es la que hace de su conocimiento que la OSM va iniciar su décima temporada el 2 de julio de ese año en el Palacio de Bellas Artes. En ella informan que el personal de la Orquesta ha aumentado, al igual que el número de conciertos en las series de abono, como en las de niños y obreros. Asimismo le hacen saber del triunfo del maestro Carlos Chávez al frente de las orquestas de Nueva York, Filadelfia, Boston y Cleveland en los Estados Unidos. La carta dice que para continuar la obra cultural que viene desarrollando la orquesta, han contado desde la primera temporada “con la ayuda de personas como usted, de relieve social y cultural, que cooperan en dicho esfuerzo adquiriendo localidades de patrocinador para toda la temporada”. Señalan la necesidad de reunir elementos más cuantiosos, por lo que agradecen se sirva acceder a continuar figurando en la lista de patrocinadores. Informan también que se han permitido reservarle las localidades que se indican en la tarjeta adjunta, suplicándole los ayude, invitando a sus amigos a cooperar en la misma forma. Solicitan sus direcciones con objeto de dirigirse a ellos y firman Alejandro Quijano, Luís Montes de Oca y Carlos Prieto, presidente del Consejo, tesorero y Presidente del comité patrocinador, respectivamente . Gómez Morín responde a los señores Alejandro Quijano y Carlos Prieto en carta del 7 de mayo de 1941, haciéndoles saber que acaba de estar en Guadalajara con los encargados de la reinauguración del Teatro Degollado prevista para el mes de julio de ese año . Solicitaron su intervención para conseguir ante el consejo de la Orquesta un par de conciertos en dicha reinauguración, solicitud que turnó tanto al consejo directivo como al comité patrocinador .

El abogado Víctor González Luna en carta fechada el 31 de agosto de 1942, hace saber a Gómez Morín tres posibles presentaciones de la OSM en Guadalajara para el 12 de septiembre de ese año, al término de la temporada en la Ciudad de México. Se da por notificado, ratifica el interés por la presentación de la orquesta e informa que ya está trabajando en ello. Hace saber que ha hablado con un amigo mutuo de nombre Ricardo Ortega y posiblemente obtenga la cooperación de organismos oficiales y privados, “podremos darnos la satisfacción de oír dos conciertos (y no tres como se solicitaba) los días 18 y 19 de septiembre próximo”. Informa también de la reunión que sostuvo con el Lic. González Gallo “en solicitud de alguna cooperación de la Presidencia de la República, habiéndome manifestado que de seguro la podemos obtener en forma de subvención en pasajes” . Finalmente le informa que el Lic. González Gallo intervendrá ante el Gobernador de Jalisco para ver la posibilidad de una ayuda en efectivo “y yo a mi vez tendré una conversación con el Gobernador interino en busca de igual resultado”. Se compromete a notificarle los resultados en tres días.
Una de las constantes de Gómez Morín, parte central de su método de gestión, consiste en poner al frente de las buenas causas sus relaciones, su capital social y moral. La gente que conocía esta conducta le buscaba. Muestra de ello es la carta enviada por el muralista David Alfaro Siqueiros desde la cárcel preventiva del Distrito Federal con fecha del 10 de abril de 1962. En ella solicita su manifestación pública en relación al artículo 145 del Código Penal que le fue aplicado a él y a Filomeno Mata de manera injusta y dice: “…deseo hacerle una pregunta que incluye en sí una proposición: ¿Podría usted, en lo particular, y en su partido, en lo oficial, manifestar su repudio al artículo 145 del Código Penal, que tipifica -como dicen ustedes los abogados- el delito o los delitos de disolución social? Y ¿Podrían usted y su partido hacer tal manifestación apoyándose en el caso concreto de la sentencia dictada en contra del señor Filomeno Mata y mía, ya que en esa sentencia se ha dado una interpretación en extremo bárbara del indicado e inconstitucional precepto? Finaliza diciendo que “sin duda alguna como lo ha venido demostrando La Nación, multitud de miembros de Acción Nacional, han estado sufriendo las consecuencias que nosotros llamamos “macartistas” de tan arbitraria ley” .
Volviendo al tema de la OSM, el primero de septiembre de 1942 Gómez Morín contesta al “muy estimado y bondadoso amigo” Víctor González Luna, para hacerle saber que está enterado de que el señor Ortega, Gerente de la Sinfónica, habló con él para afinar los detalles de la visita de la OSM a Guadalajara. Sin embargo el 7 de septiembre el licenciado González Luna responde diciendo que, a pesar de todos sus esfuerzos ve imposible la presentación de la Orquesta en Guadalajara ya que con el gobierno del Estado “únicamente he logrado que en caso de que las entradas no cubran la totalidad de egresos, se nos dará una cooperación de 1,000.00 un mil pesos”. Informa además que con el Gobierno Federal está consiguiendo los pasajes de ferrocarril por viaje redondo para los integrantes de la Orquesta, y dependerá de la respuesta de la Presidencia de la República, mediante González Gallo, saber si se realiza la presentación o no… “pues la ayuda de los particulares es sumamente raquítica”; al mismo tiempo celebra que se haya diferido la gira hasta el 22 de septiembre y ofrece comunicar el resultado de sus gestiones.

El 9 de septiembre Gómez Morín informa que están concluidos los arreglos para los conciertos en Morelia, Aguascalientes, Torreón, Monterrey, San Luís Potosí, quedando pendiente Guadalajara y Tampico. Informa que la OSM podría estar en Guadalajara los días 22 y 23 y deja en manos del señor Ortega la organización de la presentación para facilitar los arreglos. Víctor González Luna responde el 18 de septiembre notificando la respuesta de la Presidencia de la república al apoyo solicitado: “la Secretaría Particular, en telegrama de ayer, me da a conocer que como la Orquesta Sinfónica se dirigió al señor Presidente dándole a conocer el programa especial del desarrollo de la gira a través de varias ciudades de la República, se estima que no habrá manera de atender mi petición en la forma en que la planteé “…”Me temo que careciendo de un subsidio en forma de pasajes de ferrocarril no podremos, el grupo de Guadalajara realizar nuestros deseos”. Manifiesta sin embargo estar haciendo el último esfuerzo buscando la cooperación de particulares. Lo anterior se concretará al año siguiente, cuando tanto Efraín como Víctor González Luna pongan en marcha sus buenos oficios , aunque hay que decir que debido a un conflicto sindical surgido entre la Federación Teatral (a la cual pertenecía el Sindicato de Filarmónicos) y el Sindicato Jalisciense, el evento fue cancelado (con los músicos y todo el equipo ya en Guadalajara), por lo que se pasó a otra fecha .

Gómez Morín y las giras nacionales de la OSM

Uno de los factores más importantes y que facilitó la realización de las giras de la OSM, según la reseña de las giras de 1942, fue “…la intervención muy importante de una personalidad destacada del mundo intelectual mexicano, un gran aficionado al arte musical, excelente amigo de Carlos Chávez y de la OSM: el licenciado Manuel Gómez Morín”.
El 20 de agosto de 1942, a tres semanas de terminar su temporada en México, Gómez Morín se reunió en su despacho con Carlos Chávez y Ricardo Ortega para analizar los problemas que enfrentaba la Orquesta a detalle. Presupuesto, organización local, itinerario, transporte etc. En medio de la discusión Don Manuel pone sobre la mesa una propuesta fundamental. La OSM no podía transformarse en ese momento en una empresa particular porque desconocía las condiciones específicas de cada lugar, sin embargo para remediar ese pequeño gran detalle se propuso un esquema subsidiario, consistente en que cada ciudad formase su propio patronato, semejante al Comité Patrocinador de la OSM en la capital. En palabras del propio Gómez Morín, la orquesta no podía constituirse en su propio empresario, no contaba siquiera con los fondos y el personal requerido para un esfuerzo de esa naturaleza, “necesita en consecuencia, que grupos patrocinadores locales tomen a su cargo las funciones de la empresa para obtener el teatro, hacer la propaganda local adecuada, colocar los boletos, administrar el o los conciertos, y asegurar cualquier déficit eventual para que la orquesta reciba el monto de su presupuesto mínimo”. Estamos ante el mismo método de gestión subsidiaria utilizado para impulsar proyectos universitarios como la autonomía de la UNAM y el Tecnológico de Monterrey; proyectos editoriales como la revista La Nación, la Editorial JUS; políticos como el movimiento vasconcelita y el que permitió el desarrollo y sostenimiento del PAN, que durante décadas vivió sin subsidio gubernamental. En todos ellos utilizó un esquema subsidiario basado en la conformación de una red de apoyos, mediante rifas, emisión de bonos, compra de boletos, apoyos en especie, así como la condonación de pagos o subsidio por parte del Estado para determinadas acciones (como apoyo complementario y en reconocimiento al trabajo realizado).

En el fascículo titulado Orquesta Sinfónica de México, las jiras nacionales. XVI temporada del año de 1943, Otto Mayer-Serra hace una reseña informativa de las giras 1942-1943. En ellas se puede leer que dichas giras, emprendidas desde 1941 a través de las principales ciudades de la República, responden en primer lugar a la imperiosa necesidad de descentralizar la cultura en México, una constante tanto en Gómez Morín como en Vasconcelos. En 1922, siendo el primero agente financiero de México en New York y el segundo Rector de la entonces Universidad Nacional de México, en carta fechada el 25 de enero de 1922, de ese afable, intenso y amargo diálogo epistolar entre ambos, Gómez Morín hace una recomendación al rector universitario para la campaña de alfabetización que Vasconcelos estaba emprendiendo en todo el país: “Sería muy fácil seleccionar entre los estudiantes de las Facultades Universitarias grupos de cuatro o cinco jóvenes que pudieran salir de giras cortas a diversos estados de la República, para desarrollar un programa de conferencias literarias sencillas, en formas de conversaciones en los pueblos pequeños más que en las capitales o en las ciudades presuntuosas”. Este afán descentralizador se puede ver también en la carta del 28 de agosto de 1942, en la que Gómez Morín se dirige al señor D. Roque B. Delgado, diciendo “sobre las conferencias, con mucho gusto nosotros podríamos formular un programa, especialmente para el próximo invierno. Creo que podrían conseguirse en diciembre y enero conferencias de Alfonso Caso, sobre sus interesantes trabajos arqueológicos; dos o tres conferencias de Toussaint, sobre la arquitectura colonial, dos o tres de Carlos o de Juan Sánchez Navarro sobre historia de México en la Época Colonial, dos o tres de Miguel Estrada Iturbide sobre los términos actuales de la cuestión social; dos conferencias de Preciado Hernández, sobre las nuevas tendencias fundamentales de la organización jurídica…” sugiere además otros temas en materia sociológica, económica, de divulgación de conocimientos científicos modernos, filosóficos y literarios. En la sugerencia que hace a Vasconcelos en 1922, Gómez Morín planteaba un programa de conferencias sobre higiene, tanto en la organización doméstica, como sobre el cuidado de los animales; la mejor forma de aprovechar algún producto, o sobre la adopción de nuevos ideales morales de vida” . En la carta del 1 de febrero de 1922 Vasconcelos contesta diciendo “Procuraremos aprovechar sus observaciones en la campaña contra el analfabetismo ”. Es importante enfatizar aquí que además de la campaña contra el analfabetismo emprendidas desde la universidad, las Misiones Culturales impulsadas por el mismo Vesconcelos desde el Ministerio de Educación reflejan también varias de estas ideas desde su inicio, y ya en su posterior revisión de programas y métodos . Incluyeron por ejemplo, higiene y salud personal y comunal, crianza y formas satisfactorias de vida doméstica, formas de trabajo y aprovechamiento de los recursos del medio rural, satisfacción de vida social, comunal y sanas recreaciones y manifestaciones de vida emotiva . En esa misma carta Gómez Morín sugiere la organización de “Círculos o clubes” con profesores honorarios de las mismas ciudades, que fueran el centro de actividades culturales futuras, podrían incluso hacerse cargo tanto de las bibliotecas como de publicaciones universitarias…” o bien, clubes que fueran un antecedente de los consejos de padres de familia a los que hará referencia años más tarde en el impulso a las reformas en materia educativa, cuando el PAN ya había iniciado su vida legislativa en 1946.

Por otro lado, es importante señalar y reconocer que siendo agente financiero en Nueva York, Gómez Morín se da tiempo para la gestión cultural. Así lo constata la carta enviada por Vasconcelos el 9 de enero de 1922, entonces encargado del Ministerio de Educación del país, en la que recomienda apoyar a la pianista Artemisa Elizondo para realizar un viaje por Europa pidiéndole que, llegado el momento indique el monto que se podría aprobar para dicho propósito. En su contestación, fechada en enero 25, Gómez Morín dice a Vasconcelos que el monto de lo que necesita la pianista es de 270 dólares, el pasaje en segunda o tercera clase y 50 mensuales por un año… “La petición de la señorita Elizondo me ha sorprendido porque es incomparablemente más humilde que las peticiones de los artistas que estamos acostumbrados y espero, por lo tanto que si le es posible, no deje de concederle lo que pide” señala .

Existe otro testimonio en la carta fechada el 24 de enero de 1922 en la que Vasconcelos hace saber a Gómez Morín su interés por realizar una exposición de pinturas mexicanas en New York. En su carta habla del costo de la Sinfónica, el cual se sale de presupuesto por las necesidades urgentes …En uno de sus párrafos dice:”Creo que sí podríamos regalar al Museo Metropolitano la colección de reproducciones que me indica, pero siempre que estén dispuestos a corresponder de alguna forma”

Lo anterior nos muestra a un Gómez Morín que aún y cuando su quehacer como agente financiero era otro, se da el tiempo necesario hacer gestión cultural. Un hecho sobresaliente considerando que, de acuerdo al trabajo de Eduardo Cruz, Diplomacia y cooperación cultural: una aproximación (2008), la primera oleada de ese empeño por colocar la imagen y cultura nacionales en juego se evidencia en la distribución de propaganda, de información con fuerte carga simbólica e ideológica. Esta política dice el también poeta, fue acompañada por la presencia activa de la diplomacia en foros, seminarios y congresos en la década que va de 1920 a 1930. Si esto es así, tanto Vasconcelos, pieza central en la cooperación cultural, así como Gómez Morín, tutor nato de proyectos, son pioneros en la gestión cultural mexicana, no sólo dentro del país sino también en el extranjero.
El desarrollo de la Orquesta Sinfónica de México vino a ser sin duda el espacio y la actividad en la que Gómez Morín realizaría su anhelada descentralización cultural, antes incluso, y esto es importante recalcarlo, que la organización misma del Partido Acción Nacional. Considérese que la red de promotores que impulsaron las giras de la primera organización musical de México, fueron integrantes destacados de la naciente estructura del PAN. En Guadalajara, ya hemos visto el apoyo que prestaron los abogados Efraín y Víctor González Luna. Éste último ideólogo del partido, traductor al contexto mexicano del humanismo integral de Maritain, bajo el nombre de Humanismo Político . Fue un destacado abogado y catedrático. Asesoró a una gran cantidad de funcionarios públicos sin mirar la filiación política. Fundador del PAN desde la Comisión Redactora de los Principios de Doctrina, consejero nacional de 1939 a 1964 y colaborador de la revista La Nación. Presidió el Comité Regional de Jalisco de 1940 a 1951 y fue candidato a diputado federal en 1943 y 1946, así como candidato presidencial en 1952.

En Monterrey se apoyó con los militantes José G. Martínez y Bernardo Elosúa Frías. Éste último ingeniero civil jefe de la oficina técnica del Ferrocarril del Pacífico; en el ejercicio de su profesión llegó a asociarse con un grupo de empresarios de la región, dando origen a la ladrillera La Mosa de la cual fue gerente. Fue fundador del PAN, delegado por Nuevo León a la Asamblea Constitutiva; miembro de la comisión redactora de los Principios de Doctrina; miembro del primer Consejo de Fundadores; presidente del Comité Directivo Estatal de Nuevo León y consejero regional. Candidato a diputado federal en 1943, a senador en 1958 y colaborador de la Revista La Nación. Otros apoyos de Don Manuel en Monterrey fueron Virgilio Garza, Jorge Rivero, Elisa María Ortiz y Sofía Villarreal de Garza Zambrano, simpatizantes del PAN.
En Querétaro sus colaboradores fueron Luís Álvarez y Carlos Septién García. Éste último, fue abogado y destacado periodista que dirigió en 1951 la Escuela de Periodismo de la Acción Católica Mexicana que a su muerte se convertiría en la hoy Escuela de Periodismo que lleva su nombre. Dentro del PAN fue consejero nacional (1941-1949- 1953), miembro del Comité Directivo Nacional, candidato a diputado en 1943 y 1946. Fue fundador y primer director de la Revista La Nación.
En Michoacán Don Manuel recibió el apoyo de Miguel Estrada Iturbide y posteriormente de Miguel Bernal Jiménez. El primero un abogado dedicado al desarrollo de su profesión, patrono de varias organizaciones sociales y culturales de esta entidad. Fue fundador del PAN, vicepresidente de la Comisión Redactora de los Principios de Doctrina, miembro del Consejo de Fundadores Consejero Nacional desde 1939 hasta 1984; del Comité Ejecutivo Nacional; Presidente del Comité Regional de Michoacán; candidato a Senador por Michoacán en 1946 y 1976 y a diputado federal en 1943, 9149, 1955 y 1964; diputado federal 1967, precandidato a la Presidencia de la República y colaborador de la Revista La Nación. Representó al PAN en diversos congresos internacionales. Miguel Bernal Jiménez por su parte, fue uno de los más destacados músicos mexicanos del siglo XX, ejecutante, director, compositor, maestro, investigador en historia de la música mexicana y escritor, en las ciudades de México, Morelia, León y en la Universidad de Loyola en Nueva Orleans, Estados Unidos, donde dirigió la Facultad de Música. Dirigió también la Escuela Superior de Música Sacra de Morelia y el coro de Los Niños Cantores de Morelia (que por cierto amenizaron varias de las tradicionales cenas de navidad del partido en las ciudades de México y Morelia). Como militante del PAN desde 1942 fue consejero regional de Michoacán (1945-1948) . Como músico compartió escenario con la OSM cuando esta visitó Michoacán.
En San Luís Potosí la Orquesta Sinfónica de México tuvo el apoyo de Isaac Guzmán Valdivia, abogado académico y empresario. Es de los miembros del Consejo de Fundadores del PAN, consejero nacional y miembro del Comité Directivo Nacional; presidente del Comité Directivo Regional de La Laguna; colaborador editorial de la Revista La Nación y fundador de la Unión Nacional Sinarquista (UNS). Otros apoyos de Don Manuel en esta entidad fueron los de los simpatizantes del PAN José T. Carpizo, J. Jesús Herrera y Fructuoso Robles; el famoso industrial Roberto García Larraña y Francisco Sandoval Navarro, presidente y secretario respectivamente de la Sociedad de Conciertos de SLP.
En Tampico Don Manuel se apoyó en Samuel Melo y Ostos, fundador del PAN (dueño del local donde se estableció el primer comité del partido); delegado por Tamaulipas a la Asamblea Constitutiva; Vicepresidente de la Comisión Redactora de los Principios de Doctrina; miembro del Consejo de Fundadores, Consejero Nacional y presidente del Comité Directivo Regional de Tampico y candidato a diputado federal en 1946 y 1949. En Torreón lo apoyaron en esta empresa el panista Salvador de Lara y el señor Domingo Valdez Villarreal. En Saltillo el señor Marín G. Treviño. En León los señores Gonzalo Torres Martínez y Rodrigo Rangel, todos simpatizantes del PAN.

Creación de los comités patrocinadores de la OSM

La presentación de la Orquesta en diversas ciudades de la república bajo el método subsidiario ya señalado, arrancó en el momento en que éste solicitó a la red de colaboradores su apoyo para lograr una serie de giras con uno o dos conciertos por ciudad, cuyo costo sería de 7, 000, 00 pesos. Les explicaba que “Para poder realizar su proyecto, la Sinfónica necesitaría que en cada una de las ciudades mencionadas, un grupo de personas tome a su cargo todas las tareas consiguientes a la organización del concierto: conseguir el teatro adecuado, hacer la propaganda, colocar los boletos, y por los medios que juzguen más convenientes, asegurar cualquier déficit que haya para poder cubrir a la Orquesta el costo mínimo a que antes me refiero. En suma, un grupo local que pueda actuar como empresario”. La primera iniciativa que llegó al maestro Chávez para la realización de dos conciertos, fue la del Centro Artístico de Monterrey, por medio de la señorita Elisa María Ortiz a principios del mes de enero de 1939. Apoyó la propuesta la señora Sofía Villarreal de Garza Zambrano, presidenta del Centro. La segunda entidad en participar fue San Luís Potosí, lo hizo mediante la Cámara Nacional de Comercio e Industria de la ciudad a principios de agosto de 1939. Los promotores fueron los señores J. Jesús Herrera y Fructuoso Robles Jr. presidente y secretario del organismo. Don Manuel hace del conocimiento de los interesados que la Orquesta podría hacer llegar oportunamente comunicaciones a las autoridades locales, y menciona incluso cartas del señor Presidente de la República para facilitar el apoyo de los conciertos .

El 21 de agosto de 1942, enviadas ya las cartas a sus colegas y contactos, Gómez Morín informa al profesor Carlos Chávez diciendo: “Tengo mucho gusto en acompañarle copias de cartas que he enviado al Sr. Víctor González Luna, de Guadalajara; al señor Lic. Virgilio Garza y a los señores Dr. José G. Martínez e Ing. Bernardo Elosúa, de Monterrey. Igualmente le envío copia de la carta que dirigí al señor Lic. Miguel Estrada Iturbide, de Morelia. En los mismos términos envié cartas a los señores Dr. Salvador de Lara y lic. Isaac Guzmán Valdivia, de Torreón, al señor Marín G. Treviño, de Saltillo; al señor Lic. Samuel Melo y Ostos, de Tampico, Y al señor Ing. José T. Carpizo B., de San Luís Potosí” . Informa además de las pláticas que sostuvo con cada uno de ellos y al mismo tiempo propone a los maestros Carlos Chávez y Alejandro Quijano, que tanto ellos como otros miembros del Consejo “escriban también a personas de su amistad en las distintas ciudades incluidas en el programa de la gira” (…) “Sólo me permito sugerir sobre el particular, que las cartas se envíen por conducto de las personas a quienes les hemos pedido ya que tomen a su cargo, con responsabilidad personal, las gestiones para constituir los comités patrocinadores de cada localidad. De este modo aseguraremos la indispensable unidad de acción y proporcionaremos a nuestros amigos de cada ciudad cuanta ayuda esté en nuestras manos darles para el cumplimiento del encargo que les estamos confiando”.
El boletín Orquesta Sinfónica de México las jiras nacionales XVI temporada 1943, señala: “Pero el licenciado Gómez Morín no se limitó a esta correspondencia inicial: prestó atención constante a la marcha del asunto en cada lugar, celebrando muchas entrevistas y conferencias telefónicas con esas personalidades de los Estados, las cuales sin titubear y con el mayor entusiasmo, se mostraron dispuestas a tomar en sus manos tan importante iniciativa”. Lo anterior como el mismo documento lo señala, generó varias respuestas en firme y antes de concluir la temporada el programa de la gira estaba ya listo. El 19 de diciembre de 1944 el Presidente del Consejo Directivo de la Orquesta Sinfónica de México, Alejandro Quijano, envía una carta de agradecimiento a Gómez Morín por su valiosa participación en la exitosa gira de la Orquesta.

El mes de febrero de 2008, a casi setenta años de distancia de esta sobresaliente gestión cultural encabezada por Gómez Morín, la Orquesta Sinfónica de México regresa exitosa de una gira de 12 conciertos por Europa bajo la dirección de Carlos Miguel Prieto. Sus presentaciones registraron llenos totales y preventa de boletos en las principales salas de Alemania, Holanda, Francia y Bélgica . Concluyó con un magno concierto en el legendario Teatro Liederhalle, de la ciudad de Stuttgart, Alemania . En Rotterdam, París, Bruselas, Berlín, Leipzig y Düsseldorf, los medios locales reconocieron la calidad interpretativa y la riqueza del repertorio de la Orquesta. En Francia sus seguidores compraron más de mil boletos por adelantado para la presentación del 30 de enero en el Theatre du Chatelet. Otras salas de gran tradición en Europa fueron el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, el Concertgebouw de Amsterdam y el Teatro Tonhalle de Dusseldorf. La noche del 6 de febrero la Orquesta obtuvo una impresionante ovación del público berlinés, que aplaudió durante más de quince minutos en una sala de conciertos llena . Algo que reconocen los conocedores es el dinamismo del director y su forma de hacer vibrar al público con el repertorio de música clásica mexicana, particularmente el prehispánico .
No debe extrañarnos el hecho de que a Gómez Morín se le recuerde más por su labor política que por su gestión cultural. Ésta última ha sido poco explorada, se encuentra resguardada en las raíces de su archivo en espera de los interesados en el tema y de aquellos periodistas culturales asiduos a la escritura informada. El presente libro muestra una más de las aportaciones de Gómez Morín (Su gestión cultural) que lo consolidan como el miembro más destacado de su generación, pues no sólo creó e impulsó instituciones, sino que, a diferencia de Castro Leal y del mismo Lombardo Toledano, tuvo un trabajo legislativo más intenso que ellos sin haber sido legislador. Es necesario ver con claridad, no sólo las ramas de su obra política, sino la frondosa arboleda en otros campos como el de la cultura. Lo anterior, ayudaría a dimensionar mejor su trabajo intelectual aún vigente en diversas instituciones del Estado mexicano...

El anterior, es parte de un capítulo del más reciente libro de Carlos Lara G., titulado Manuel Gómez Morin, un gestor cultural en la etapa constructiva de la Revolución Mexicana, publicado por Miguel Ángel Porrúa, el Senado de la República, la Cámara de Diputados y la Fundación Rafael Preciado. Será presentado en la Feria Internacional del Libro de Guadaljara el 27 de noviembre de 2011 a las 20:00 en el salón Juan José Arriola.


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