viernes, 21 de mayo de 2010

Poesía de barra

La cultura ha ido siempre acompañada de un anhelo por verter los fugitivos pálpitos del momento sobre pequeños trozos de papel. Usar y tirar es una característica de nuestra sociedad, y a la par de nuestra cultura de cafetería, ha ido siempre acompañada de ese otro anhelo por verter los fugitivos pálpitos del momento sobre pequeños trozos de papel. Así inicia el libro Poesía de barra. Un bar de poemas. Un ingenioso proyecto realizado en España por la osada editora independiente Nati de la Puerta. Aforismos como “sólo el colchón conoce el peso de tus sueños”, o “De lo único que me acuerdo de ti… es de mí”, ilustran la publicación.
La imagen de los creadores plasmando ideas en servilletas de papel en la mesa de algún bar, es casi una postal. ¿Cuántas obras maestras no han nacido de esta manera de enfrentarse a la hoja en blanco? La idea de hacer de algo efímero una obra duradera y anónima es original, particularmente en los tiempos que corren, donde la fama está por encima de la gloria, donde un cuadro de Michael Jackson puede ser subastado en Sotheby’s, de la misma manera que aquella servilleta firmada y lanzada por el extravagante Salvador Dalí al periodista Jacobo Zabludovsky para responder a la pregunta qué es el arte. Conocedor de los efectos publicitarios de los años ochenta, firmó la servilleta y la lanzó diciendo “Esto es arte”. Y qué decir de los bosquejos de Diego Rivera sobre pedazos de papel, mismos que solía tirar a la basura y después firmar a petición de quienes los rescataban. O bien los trazos de Picasso sobre servilletas de papel que firmaba a petición de la persona con quien platicaba en el Bistró. Hoy son “obras” compradas por coleccionistas. En realidad fetiches del coleccionismo.
La editora del libro Poesía de barra, señala que no es raro verla en bares arrancando trozos de mantel, de ahí la idea de recopilar durante dos años versos y aforismos en servilletas de papel, posavasos, colillas de cigarro, etcétera; en encuentros de poetas, escritores y editores. Los mensajes seleccionados para la edición de mil 500 ejemplares, lograron vencer el carácter efímero de los soportes, para ser escuchados con calma y fijar mejor el sentido y la fuerza que buscan trasmitir. Los editores crearon además sitios web (http://issuu.com/afortiorieditorial/docs) con el propósito de poner la publicación al alcance de todos, sin convertir a nadie en un delincuente. Poesía de barra es un bucle infinito cuyo reto es devolver a lo permanente y duradero el valor de lo efímero y transitorio, y transgredir así su condición de fugaz.
Ahora, si alguno de los anónimos participantes de este proyecto llegase a ser un Dalí, un Picasso o un Rivera, no habrá coleccionista que pueda autentificar la autoría de estas creaciones en servilletas de papel, por lo tanto permanecerán lejos del fetichismo, como lo que son, poesía de barra.

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