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lunes, 5 de diciembre de 2016

Participación en el Seminario Internacinal de Políticas Culturales

¿En la política cultural no todo sigue igual?
FIL 2016: https://www.facebook.com/Reprocultura/?ref=aymt_homepage_panel


Hace unos días publicó el diario Reforma que la Auditoría Superior de la Federación va por 388 mdp de la polémica Estela de Luz. En el marco del recorte presupuestal a la cultura, es un tema relevante debido a que bajo mi punto de vista es peor la corrupción e incapacidad para aplicar el recurso, que los recortes en sí. Sobre esto hablé en la Feria del Libro de Guadalajara en el marco del Seminario Internacional de Políticas Culturales, donde se nos preguntaba por qué en política cultural todo seguía igual: https://www.facebook.com/Reprocultura/?ref=aymt_homepage_panel
La ASF ha iniciado por lo menos cuatro procedimientos resarcitorios para cobrar 388 millones de pesos a la constructora responsable de las obras de la Estela de Luz, ya que recibió pagos injustificados que inflaron el costo del proyecto. La principal acusación es que Prodein realizó un cobro extraordinario de 248 millones de pesos por un supuesto cambio en las características del acero inoxidable para el monumento, cuando en realidad se utilizó el acero previsto originalmente. Como ya mencioné, el título del referido Seminario Internacional de Políticas Culturales fue ¿Por qué todo sigue igual? comencé aclarando que a mí no me lo parece del todo, y lo que hay de cierto en la pregunta se debe a la incapacidad de los agentes culturales y a los intereses creados de los gobernantes, puesto que considero que es más lamentable la corrupción y no saber invertir el recurso disponible, que el recorte presupuestal en sí.

Hagamos un breve repaso

En el CONACULTA de Sari Bermúdez, la denominada Ley Sari, fue encargada a un despacho por poco más de dos millones de pesos. El proyecto terminó en el cesto de basura. En ese mismo sexenio se empeñaron en construir la millonaria Mega Biblioteca Vasconcelos en Buenavista, en el centro del país, en lugar de descentralizar estos servicios como se había propuesto el gobierno de la alternancia. Su costo fue de alrededor de 1,300 millones de pesos. En el CONACULTA de Sergio Vela, el subsector estaba ya sobrediagnosticado, sin embargo, pagó más de dos millones de pesos por estudios duplicados sobre un diagnóstico general de cultura y sobre un sistema de indicadores. Entre los despachos que aparecieron en esta farsa está Solana Consultores y Analítica Consultores, en ambas era socio Fernando Solana, ex Secretario de Educación Pública. (http://archivo.eluniversal.com.mx/cultura/56965.html). Ese mismo año, la FES Acatlán promovió un etiquetado en Cámara de Diputados para la elaboración de un Diagnóstico Nacional de Cultura por más de 7 millones de pesos, que luego de demostrar la incapacidad para realizarlo, Carmen Serra Puche, atrajo el caso a la Dirección General de Proyectos de la UNAM y terminó haciendo un librote inservible, para salir al paso y limpiar el nombre de la universidad. El libro fue titulado Información sobre Cultura en México y es igual de soso que el título.

En el CONACULTA de Consuelo Sáizar se mandó a hacer la Encuesta Nacional de Hábitos y Consumo Cultural, no la hizo INEGI ni COLMEX, no, no, la hizo una empresa sin experiencia en este tipo de estudios, de nombre DAFOE, ligada a Alejandra Sota por más de 7 millones de pesos, y qué decir de la ostentosa Estela de Luz, donde la propia Auditoría Superior de la Federación ha señalado que la falta de coordinación de las instancias que participaron en el Comité Técnico del Fideicomiso, entre ellas la SEP, desembocaron en un incremento en el costo total, que fue de 1,304 millones 917.7 mil pesos. Es más, podemos decir que la Estela de Luz es a Calderón, lo que Biblioteca Vasconcelos a Vicente Fox. Y qué decir del Centro Cultural Elena Garro que, si algo pertinente había señalado la encuesta hecha por DAFOE, era la necesidad de descentralizar, que para eso no se necesita un estudio; acto seguido se impulsó la construcción del Centro Cultural Elena Garro justo en Coyoacán, el punto con mayor oferta cultural del país. En el CONACULTA de la realternancia continuó la inercia y decidió dar 100 millones de pesos a la Academia Mexicana de la Lengua para la compra de su sede ¿Dónde creen? En Coyoacán.

Hablaría también en mi participación en la FIL del caso Jalisco, porque es muestra también de derroche e incapacidad en la gestión cultural. Ejemplo de ello son los Arcos del Milenio, del artista Sebastián, que ofreció al Ayuntamiento de Guadalajara por un costo de 12 millones de pesos y hoy, no solo están inconclusos, pues faltan dos arcos, sino que rebasan los 100 millones de pesos. El Teatro de la Ciudad, es otro proyecto que luego de tres administraciones y tres proyectos distintos, disparó el costo y nunca se terminó; comenzó a utilizarse en obra negra como centro cultural. Después vendría la ocurrencia de que Guadalajara podría tener un Museo Guggenheim, para el cual se invirtieron cerca de tres millones para un estudio de factibilidad, más diez millones etiquetados por la Cámara de Diputados para otro estudio de impacto, que nunca se ejercieron por incapacidad de las autoridades. El museo terminó transformado en otro proyecto que lleva por nombre Museo Barranca de Arte Moderno y Contemporáneo, que en su momento ofrecieron a un despacho internacional de arquitectura, pero que hoy se encuentra en total abandono. Y qué decir de la decisión de la Secretaría de Cultura que se empeña en dar 30 millones de pesos a na empresa privada, realizadora del festival Lollapalooza, sí, en medio del recorte presupuestal. Y qué decir del tan cacareado proyecto Ciudad Creativa Digital, que no solo despertó el apetito de los desarrolladores inmobiliarios, sino que, por incapacidad de los gestores del proyecto, tuvieron que devolver 30 millones de pesos a la Federación porque no supieron invertirlos. Y qué decir del Metrobús Reforma que destrozará el Paseo de la Reforma por capricho de las autoridades de la Ciudad de México que, por un lado, otorga permisos para seguir levantando torres habitacionales y comerciales en la zona, lo cual dispara el problema de la densidad vehicular, y por el otro, propone hacer una línea más del Metrobús que alterará el paisaje artístico e histórico de este bello paseo.    

¿Por qué considero que no todo sigue igual?

Porque hoy la cultura es un tema de Estado ya no de gobierno, porque ha salido adelante la Reforma Cultura: el reconocimiento del derecho a la cultura en la Constitución, la creación de la Secretaría de Cultura, el Reglamento de la Secretaría y la futura Ley de Cultura. Además, por la intervención de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el ejercicio del derecho a la cultura, así como de las reformas en materia de Telecomunicaciones, prima hermana de la cultura y por el impacto cultural que traerá la licitación de la Red Compartida que busca conectar a más del 90 % de la población en seis años.  
Conclusión

Ahora bien, si diéramos por hecho que todo sigue igual, sería en parte porque el verdadero problema de las políticas culturales en nuestro país, no es solo el recorte presupuestal, tanto como la corrupción y la gestión cultural basada en el modelo de ocurrencias sucesivas. En tres puntos lo resumiría de la siguiente manera:

1.- Por la corrupción como política pública y forma de gobierno, donde del Gobernador Padrés hasta los hermanos Duarte, hay una gran cantidad de millones por devolver.

2.- Por el cortoplacismo de las acciones de gobierno, orientadas por la ambición política; aquí, de Puebla hasta Morelos Morelos sobran ejemplo.

3.- Por la confusión del desarrollo cultural con el desarrollo inmobiliario. Aquí sí, de Tijuana a Yucatán tenemos el mismo padecimiento

Decía el maestro Jesús Reyes Heroles que lo que resiste apoya, y creo que los analistas, gestores, promotores e investigadores, estamos resistiendo mucho, y no propiamente de la manera que deberíamos.



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