Nos mean, y Secretaría de Cultura dice que llueve
Una de las primeras acciones del actual gobierno del presidente López Obrador fue lanzarse en contra de la sociedad organizada en asociaciones civiles. Acto seguido, desapareció los “etiquetados” que asignaban los diputados, pero no para democratizarlos, sino para etiquetarlos él mismo. Después, estancó el presupuesto, centralizó los apoyos, los recursos y no conforme con eso, disolvió instituciones e instrumentos financieros de apoyo al arte y la cultura. Ahora, retira el recurso a las entidades federativas e intenta desactivar a la comunidad artística que no hace más que solicitar sus pagos y hacer que cumplan lo prometido. La secretaria de cultura, Alejandra Frausto, contagiada por los arranques de idealismo del presidente, solo atina a decir “La cultura no ha parado”.
Muchos nos preguntamos qué sucedió con los activos culturales que tenía la mal llamada izquierda mexicana. Parece ser que al incorporarse al servicio público fueron devorados por el oficinismo. Muchos no sabían llenar un recibo de honorarios, quizá esto explique los impagos y la falta de eficiencia en la ya de por sí burocrática y ahora arruinada administración. Algo vieron venir seguramente en esta panda de funcionarios gente como Laura Esquivel, primera en no aceptar la invitación a trabajar en este club de las ocurrencias; lo mismo Horacio Franco y Luis Mandoki. Mario Bellatin no se aguantó la comezón, quiso intentar y ya ven, quitarlo parece haber sido hasta ahora el único acierto de Alejandra Frausto. A dos años de todo esto, vemos un desastroso equipo sin rumbo ni dirección; un fracaso para una izquierda que se ufanaba de tener a lo más granado de este sector. Lo cierto es que deben dejar a los creadores ser creadores y echar mano de los servidores públicos más capaces, que los hay, esperando una oportunidad en el marco del servicio civil de carrera.
Estos dos años de salario emocional a la distancia, de precariedad, ocurrencias y desatinos en la Secretaría de Cultura son enmarcados de forma inmejorable por la ignorancia del vocero de la misma, quien señala que el apoyo a las instituciones estatales no es una obligación de la federación. Es vocero y no ha leído el artículo 4to constitucional, desconoce las facultades y obligaciones del Estado e ignora qué es un derecho prestacional. Atentar contra las asociaciones civiles en general y contra de la comunidad cultural en lo particular, mediante un vergonzoso chat que intenta desactivar su esencia y razón de ser, es atentar contra la libertad creativa establecida en el artículo 4º de la Constitución, contra el derecho de asociación previsto en el artículo 9º del mismo ordenamiento. Es pasar por alto el derecho al trabajo en los términos del artículo 5º. Es vulnerar el ejercicio de los derechos culturales que tanto trabajo ha costado desarrollar.
El pretendido cambio de régimen de la 4T ha resultado ser un vulgar cambio de funcionarios; dispuestos a implementar el populismo punitivo y la mediocridad como política pública. Adiestrados ya para de desincentivar la participación, para aplaudir los ataques y ofensas presidenciales a la sociedad civil organizada, a la libertad de expresión, a la libertad creativa y ahora también, la desactivación de la comunidad artística sin el menor recato. Nos mean, y nos dicen que llueve, solía decir Eduardo Galeano en relación a los medios. Aquí ocurre lo mismo pero desde el gobierno. Un gobierno culturalmente regresivo que tiene a un maniquí de cubre bocas artesanales en la Secretaría de Cultura.
Muchos nos preguntamos qué sucedió con los activos culturales que tenía la mal llamada izquierda mexicana. Parece ser que al incorporarse al servicio público fueron devorados por el oficinismo. Muchos no sabían llenar un recibo de honorarios, quizá esto explique los impagos y la falta de eficiencia en la ya de por sí burocrática y ahora arruinada administración. Algo vieron venir seguramente en esta panda de funcionarios gente como Laura Esquivel, primera en no aceptar la invitación a trabajar en este club de las ocurrencias; lo mismo Horacio Franco y Luis Mandoki. Mario Bellatin no se aguantó la comezón, quiso intentar y ya ven, quitarlo parece haber sido hasta ahora el único acierto de Alejandra Frausto. A dos años de todo esto, vemos un desastroso equipo sin rumbo ni dirección; un fracaso para una izquierda que se ufanaba de tener a lo más granado de este sector. Lo cierto es que deben dejar a los creadores ser creadores y echar mano de los servidores públicos más capaces, que los hay, esperando una oportunidad en el marco del servicio civil de carrera.
Estos dos años de salario emocional a la distancia, de precariedad, ocurrencias y desatinos en la Secretaría de Cultura son enmarcados de forma inmejorable por la ignorancia del vocero de la misma, quien señala que el apoyo a las instituciones estatales no es una obligación de la federación. Es vocero y no ha leído el artículo 4to constitucional, desconoce las facultades y obligaciones del Estado e ignora qué es un derecho prestacional. Atentar contra las asociaciones civiles en general y contra de la comunidad cultural en lo particular, mediante un vergonzoso chat que intenta desactivar su esencia y razón de ser, es atentar contra la libertad creativa establecida en el artículo 4º de la Constitución, contra el derecho de asociación previsto en el artículo 9º del mismo ordenamiento. Es pasar por alto el derecho al trabajo en los términos del artículo 5º. Es vulnerar el ejercicio de los derechos culturales que tanto trabajo ha costado desarrollar.
El pretendido cambio de régimen de la 4T ha resultado ser un vulgar cambio de funcionarios; dispuestos a implementar el populismo punitivo y la mediocridad como política pública. Adiestrados ya para de desincentivar la participación, para aplaudir los ataques y ofensas presidenciales a la sociedad civil organizada, a la libertad de expresión, a la libertad creativa y ahora también, la desactivación de la comunidad artística sin el menor recato. Nos mean, y nos dicen que llueve, solía decir Eduardo Galeano en relación a los medios. Aquí ocurre lo mismo pero desde el gobierno. Un gobierno culturalmente regresivo que tiene a un maniquí de cubre bocas artesanales en la Secretaría de Cultura.
Excelente artículo. Refleja perfectamente lo que estamos viviendo. Y ahora nos corrieron del Programa Social de Talleres de Artes y Oficios Comunitarios TAOC a quienes levantamos la voz señalando los abusos de Benjamín González y su equipo en la Secretaría de Cultura de la CDMX. La Cultura secuestrada por operadores políticos
ResponderEliminarAsí es, meros operarios políticos de una malogradísima 4t, y eso que sólo lleva dos de destrucción... es decir dos años en el poder... Es de dar vértigo lo muy amenazado que se siente el poder ejecutivo y sus operadorcillos, a cual más de ciegos... Parecen (parecemos) aquél cuadro de Pieter Brueghel, "La parábola de los ciegos". . .
EliminarMuchas gracias por esta nota, a dos años de despojos y de ver caer a pedazos lo poco o mucho que se había ido logrando rehacer de la sociedad civil (después del panzer que nos aventó Martita de Fox) y ahora ver esta d es destruccion a nombre de la "izquierda" y de la 4t, se imponen los recuentos comprometidos, como este que hace usted. Gracias, y tenemos que luchar, aún hay aunque sea un poco por rescatar de la destrucción y el aplastamiento...
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