Siempre me ha atraído el análisis
de la comunicación y la cultura por ser dos ámbitos dinámicos y apasionantes de
incidencia mutua. Por ello, hoy hablaré acerca del apoyo brindado por el
Instituto Nacional de Bellas Artes a un taller sobre “Memes”, a realizarse en
las instalaciones del Museo Nacional. Sí, memes en el MUNAL, promovidos y
avalados por el INBA. Lo haré, partiendo de la premisa de la pertinencia
institucional de que el Instituto pueda hacerlo, así, tan relajadamente, si
consideramos que su principal actividad, según su propia Ley Orgánica es “el
cultivo, fomento, estímulo, creación e investigación de las bellas artes en las
ramas de la música, las artes plásticas, las artes dramáticas y la danza, las
bellas letras en todos sus géneros y la arquitectura”.
No es la primera vez que el INBA
innova en el apoyo a la creación, solo que a mi juicio en esta ocasión se está
pasando. En mi época de estudiante me apasionaba mucho la investigación de la
comunicación; recuerdo que una de las primeras revistas a las que me suscribí
fue Adcebra (hoy revista Merca2.0) En ella leí hace ya casi 20 años, un
reportaje intitulado “Los artífices del octavo arte”, trabajo que hacía referencia
a los promotores de la publicidad como arte, tema central de una especialidad
avalada y reconocida por el INBA, curada por Rodolfo Rubio y Roberto Gómez, en
la que participaban profesionales del medio como Clemente Cámara y Asociados,
Lowe Lintas, Ibope, Radio UNAM, Televisa y Grupo Ferrer y otros más. La
especialidad estaba orientada a creativos, directores de marca y emprendedores.
Esto era entendible, si
consideramos que la publicidad es tan dinámica que en los primeros años del
presente siglo adquirió un nuevo estatus, a partir de la implementación de
estrategias novedosas que comenzaron a jalar la atención de instituciones poco
asociadas a su entorno productivo, era el caso del INBA, que parte de su misión
ha sido difundir las disciplinas artísticas y expresiones culturales más
representativas de México y de otras naciones en nuestro país. Este tipo de
respaldo institucional no le era del todo ajeno, pues cumple con la labor,
también establecida en su ley orgánica, de organizar y desarrollar la educación
profesional en todas las ramas de las Bellas Artes.
Años más tarde, el INBA promovió
y avaló un polémico diplomado en albures, organizado por el Centro de Estudios
Tepiteños. A ver, hasta aquí todo esto me parece innovador por parte del
instituto. Es más, en su momento yo mismo organicé con ellos en Guadalajara un
coloquio en el que analizamos los “periqutes”, los “albures”, el “spanglish” y
el “engañol”, como variantes del castellano.
Hace cinco años, y creo recordar
que fue a iniciativa del escritor Alberto Chimal, el INBA apoyó también la
Twitteratura. Sí, creación literaria en 140 caracteres; la iniciativa concitó diversas opiniones de la mano de una gran convocatoria
rica en creación de contenidos.
Sin embargo, hoy el INBA decide promover
y avalar un taller de “Memes” en el Museo Nacional, impartido por la Escuela
Nacional de Artes Memísticas y algo que se denomina Instituto Nacional de
Bellos Memes, lo cual me parece absurdo por lo que esto tiene de tributo a la
banalidad. Entiendo que hay mucho de creatividad en ello, de reapropiación y
reproducción de los sentidos del mensaje, metalenguaje, metadiscurso, semiótica
etc. Pero también mucho de inmediatez coyuntural de corte chafarrinoso,
agresivo, evasivo y superficial.
Bajo mi punto de vista, es algo
más propio de una escuela de periodismo o comunicación, y no algo que deba avalar el Instituto Nacional
de Bellas Artes. Habrá quien piense distinto seguramente, pero como siempre,
este es un punto de vista sin pretensión de ser verdad, sin más propósito que
discutirlo y generar opiniones al respecto. En lo personal, considero que hay cosas
más apremiantes que treparse al “tren del mame”. Pero los interesados en ver el contenido de dicho taller, pueden
ingresar a la página: http://www.munal.mx/es/evento/museos-3.0
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